XENUM fue fundada en 2004 por Peter Tossyn.
Tras años de experiencia en Marly, BP y Putoline, Peter pensó que era el momento de poner en práctica sus conocimientos y experiencia.
Decidió mejorar el mercado de la automoción postulándose como un nuevo rival a batir. Para ello, no bastaba con ofrecer sólo productos de alta calidad.
Debían ser productos nuevos que cambiaran el mercado. La única manera de hacerlo era innovando y lanzando productos nunca vistos.
Desde el principio, Xenum ha invertido en productos innovadores. En 2012, tras años de desarrollo, se lanzó el sistema de limpieza I-Flux, que recibió el premio a la innovación en Automechanika Madrid.
La innovación y ofrecer productos de la más alta calidad han sido siempre nuestros objetivos. Esto también quedó demostrado en 2019, cuando nuestro recubrimiento Nexgen fue finalista "Grand Prix de l'Innovation" en el salón Equipauto de París.
Los productos Xenum son de alta tecnología.
Por ello, nuestros clientes pueden requerir asistencia.
El producto adecuado en el lugar adecuado hace que los motores y en general los sistemas del vehículo funcionen mejor, ahorren combustible y ganen en fiabilidad y resistencia.
Ofrecemos a nuestros distribuidores, clientes y socios la asistencia y el servicio posventa que se merecen.
Encuentre el distribuidor más cercano o conviértase en uno.
Cuando se trata de los últimos avances tecnológicos y del sector de la automoción, automáticamente acabamos en el mundo de las carreras. Por ello, Xenum participa activamente en el desarrollo de lubricantes y otros productos tecnoquímicos en colaboración con equipos de competición. Este es nuestro punto de referencia para el rendimiento y la fiabilidad de nuestros productos.
Tecnología de alta competición para vehículos comerciales
Nuestros lubricantes cumplen las normas de la ACEA.
Xenum es una empresa registrada con el sello SAIL que garantiza a los clientes que todos los lubricantes cumplen las normas de los fabricantes europeos.
En Xenum no queremos tomar el camino fácil comprando certificados para compensar nuestras emisiones. Debemos maximizar los intereses de todas las partes interesadas -accionistas, empleados, distribuidores, clientes- en el marco de un compromiso global para hacer lo que exige la emergencia climática. Sin embargo, somos realistas. En sentido estricto, la "neutralidad climática" no existe. Significa que todas nuestras actividades y procesos no contribuyen al cambio climático. En otras palabras, no se producen gases de efecto invernadero como el CO₂. Esto no es realista, y menos en nuestro sector. Los aspectos indirectos son difíciles de abordar y no todas las soluciones son suficientes. Por eso no optamos por comprar certificados, sino por compensar mediante contribuciones reales.
Nuestros productos no sólo contribuyen a cuidar el medio ambiente, sino que nuestra producción está orientada a minimizar el impacto ecológico.
